Reflexión 4 . IES Miguel Catalán.
La experiencia del instituto Miguel Catalán me recuerda ciertamente a la del colegio Verdemar. Ambos centros dedican sus esfuerzos a crear un vínculo estrecho entre la comunidad educativa y la sociedad en la que los niños tienen que vivir día a día, con la pequeña puntualización de que el concepto de cooperativa del colegio Verdemar está más ligado a una percepción empresarial y el Miguel Catalán a la proyección solidaria al 100%. Independientemente de estos matices, en la propuesta del IES Miguel Catalán prima la educación en valores de los alumnos para una enseñanza que los convierta en miembros comprometidos con su comunidad. Es un proyecto que hace conscientes a los alumnos de su lugar en la sociedad, empujándolos a invertir ciertas horas de su semana en ayudar a otros que lo puedan necesitar. Como dice una alumna, si no fuera por el nexo del instituto con ONG'S o con el Ayuntamiento de Coslada, que facilitan este tipo de actividades y formación en hospitales o protectoras de animales, probablemente estos alumnos pasarían los fines de semana en casa sin hacer nada. Crear hábitos solidarios desde edades tempranas encamina al alumnado a continuar siendo miembros activos de sus comunidades cuando lleguen a la edad adulta. Además, contribuye a eliminar esa percepción negativa de la sociedad que tacha a los adolescentes de egoístas o inconscientes.
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