Reflexión 1. El docente innovador en la didáctica de una lengua en educación secundaria.

 Independientemente de la lengua que se imparta, es importante considerar que existe una serie de condicionantes a la hora de incorporar metodologías activas en las aulas de lenguas. Uno de estos condicionantes se encuentra en el grupo al que estemos enseñando: dependiendo de las características de la clase -y de los recursos de los que dispongamos- será más adecuada una u otra metodología. Para mí, como futura docente del área de Lengua y Literatura Española, la opción ideal es hibridar procesos de las distintas metodologías, escogiendo de entre todas ellas los más adecuadas o eficaces para cada momento o actividad que planteemos en el aula. En mi caso le daría especial importancia al aula invertida, dejando la carga teórica como una lectura doméstica y dándole protagonismo en el aula a tareas prácticas, que obliguen al alumnado a tomar un rol activo. De esta manera monitorizamos en primera persona los avances del alumnado y les mostramos que la literatura, al igual que la lengua, no se trata solo de callar y escuchar una lección, sino que también pueden experimentar y trabajar con ella de una forma dinámica. El aula invertida, además, es compatible con la gamificación (por ejemplo, un cadáver exquisito, un pasapalabra de terminología literaria o un concurso de sintaxis), el aprendizaje cooperativo (convirtiendo nuestras aulas en unidades de trabajo) o el aprendizaje basado en proyectos (transformando las unidades didácticas en tareas grupales en lugar de ejercicios individualizados repetitivos). 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Educaplay. Sopa de letras: Conceptos del Realismo

Podcast. Reseña de Onegin.